En las aulas de mi colegio, en los encuentros de las Girls Scouts, o en las conversaciones familiares, se hacía mención de una definición sencilla del "ciclo del agua" -ciclo hidrológico- como aquél proceso que se inicia con la evaporación del agua desde la superficie del mar -océano- luego ese aire humedecido -vapor- a medida que se va elevando se va enfriando y condensando y entonces se transforma en agua, y que todas esas gotas de agua se juntan formando las nubes que luego se precipitan producto de su propio peso. Esta definición sencilla del ciclo hidrológico me acompañó siempre.
Cuando inicié mi carrera profesional en el sector ambiental y concretamente en el área de los servicios de agua potable y saneamiento (1994), para efectos del aprovechamiento racional del agua, de la planificación de su utilización y la asignación de prioridades a su uso, el concepto que debía manejar era la Unidad del ciclo Hidrológico, esto es, según el profesor Joseba De Ondiz, que " las aguas superficiales en ríos navegables o no, en quebradas, arroyos y manantiales, las de los lagos, laguna y embalses, las provenientes del deshielo en las altas montañas, las subterráneas, las provenientes de la lluvia, las dulces o salobres, entre otras son parte del ciclo hidrológico…”. "...el agua es solo una y su tratamiento jurídico debe ser uniforme...". Por tanto, ya no era tan sencilla la definición del ciclo del agua pues una variable importante entraba en juego: el aprovechamiento racional del recurso hídrico y la regulación de este según su uso. Con la evolución de los marcos jurídicos regulatorios del aprovechamiento de los recursos hídricos, me fui adentrando en las entrañas del asunto que declaraba finalmente "el dominio público de las aguas, su manejo integral y el aprovechamiento para el consumo humano". A partir de ese momento, los conceptos “ciclo hidrológico” y “gestión integral de las aguas” necesariamente dieron espacio al análisis del ciclo del servicio de agua –potable- relacionado con el aprovechamiento y gestión del agua para hacerla potable y devolverla limpia a los cuerpos de agua receptores. La regulación general de ambos ciclos (el del agua y el del servicio) , y creo que ésta es la razón por la que parece que se yuxtaponen, busca entre otros objetivos reconocer al recurso agua como un bien insustituible para la vida y el desarrollo, garantizar su conservación y uso sustentable reconocer su carácter social sin menoscabo de su valoración económica y dar importancia a la participación de los usuarios y otros actores en su gestión sostenible. El ciclo del servicio de agua implica por una parte el cumplimiento de actividades concatenadas que van desde la explotación del recurso hídrico, su tratamiento, conducción y distribución, hasta su disposición final, que es lo que yo llamo el ciclo externo, y por otro parte también implica el cumplimiento de un ciclo interno, que es aquel que llevan a cabo los entes para la prestación del servicio de agua potable y saneamiento, referido a los distintos procesos de operación y comercialización que hacen posible su cumplimiento. Por ello el ciclo integral del (servicio) agua implica un ciclo externo y un ciclo interno siendo los procesosy actividades implícitos en este último los de mayor importancia porque son los que permiten la sustentabilidad del recurso hídrico y la sostenibilidad del servicio. El ciclo externo del servicio de agua es el que se caracteriza por el cumplimiento de los procesos habituales asociados a la captación de agua y su subsiguiente potabilización, su conducción hasta las redes de distribución y de allí hasta su entrega a las conexiones de los usuarios finales, y luego la recolección de las aguas servidas desde los puntos de conexión con los usuarios y su conducción hasta los puntos de entrega para su tratamiento o disposición final. El ciclo interno del servicio de agua comprende los procesos y las actividades de planificación, proyecto, construcción, operación, mantenimiento, rehabilitación, ampliación, administración y comercialización de los procesos del ciclo externo. El desempeño (bueno o malo) de estos procesos y actividades dentro del ciclo interno es directamente proporcional al resultado sobre la calidad del servicio prestado y sobre el aprovechamiento racional del recurso agua. |
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